Mejores Prácticas para el Sector Financiero en Latinoamérica

Mejores Prácticas para el Sector Financiero en Latinoamérica

6/2/2021

6/1/2021

Cynthia Guajardo, Manager
Karen cortes, consultora asociada

El sector financiero en Latinoamérica presenta un alto potencial dada la baja penetración bancaria actual y la población creciente en búsqueda de productos financieros atractivos.

Los jugadores que liderarán la industria serán quienes logren enfocar sus esfuerzos en la asignación de capital basada en palancas de valor y alineación estratégica. Guiarán aquellos que tengan estructuras de gobierno corporativo que empoderen a sus tomadores de decisiones y sean ágiles para adoptar las mejores prácticas; quienes sean certeros en su implementación y eficaces en su práctica.

El sector financiero en Latinoamérica ha avanzado a pasos acelerados en los últimos años: el crecimiento en captación de activos, atracción de nuevos clientes y márgenes de rentabilidad registrados han superado los de muchas regiones, incluso aquellas donde la industria tiene más historia y desarrollo.

Sin duda, América Latina representa grandes oportunidades para jugadores locales e internacionales ansiosos de aprovechar los bajos niveles de penetración bancaria actual y explotar el potencial de una población creciente y joven.

Como siempre, en esta carrera por el liderazgo del mercado, hay quienes llevan la delantera y quienes se limitan a seguir el camino trazado. Aun cuando las oportunidades están al alcance de todos, serán aquellos competidores que busquen adelantar sus jugadas y adoptar las mejores prácticas quienes lograrán la mayor creación de valor para sus stakeholders.

Factores de éxito y palancas para la generación de valor para empresas del sector financiero en Latinoamérica:

  • Diferenciación a través de la propuesta de valor: la mayoría de los bancos que encabezan los indicadores de desempeño se enfocan en ciertos segmentos o nichos, ofrecen variedad de productos o servicios, cuentan con soluciones personalizadas y propuestas hechas a la medida, trabajan en mejorar sus modelos de distribución y en innovar en los canales para llegar a los clientes.
  • Eficiencia operativa: los líderes del mercado operan guiados por un incesante enfoque en eficiencia; a través de sus centros corporativos, áreas de soporte y sucursales han implementado programas de reducción de costos, rediseño de procesos y nuevos modelos de productividad comercial.
  • Sano nivel de liquidez: guiados por las regulaciones gubernamentales, que en algunos casos suelen ser estrictas, los bancos ganadores mantienen niveles de liquidez sanos y conservadores; se enfocan en prácticas de asignación de capital orientadas a la creación de valor y alineación estratégica, que a su vez se refuerzan con pruebas de estrés internas y una exhaustiva evaluación de escenarios.
  • Calidad de activos y evaluación de riesgo: las instituciones con los mejores indicadores de rentabilidad se caracterizan por un portafolio de activos de buena calidad, resultado de un análisis de riesgo detallado que les permite acceso a clientes con mejor calificación crediticia.
  • Medición del desempeño: hacer seguimiento de los principales indicadores financieros y de rentabilidad del negocio permite a los jugadores mantenerse alerta y ser capaces de tomar decisiones oportunas. Las métricas de Valor Económico Agregado (EVA®), Rendimiento Ajustado al Riesgo de Capital (RAROC) y Rendimiento sobre el Capital Ajustado por Riego (RORAC) son algunas de las metodologías recomendadas.
  • Gobierno corporativo: los mejores en la industria toman con seriedad el conjunto de políticas y procedimientos que les permiten manejar su negocio bajo la más estricta ética empresarial. Contar con canales de comunicación para prevenir fraudes, abuso de información privilegiada, manipulación de mercado, negligencia y otros comportamientos anticompetitivos, resulta fundamental para la toma de decisiones efectiva y transparente.
  • Sistema de incentivos basado en generación de valor: un colaborador comprometido y con alto sentido de pertenencia debe ser recompensado en la medida en que sus acciones y decisiones contribuyan a la creación de valor. Esto generará un círculo virtuoso en el que los empleados bien remunerados se sentirán incentivados a seguir buscando innovadoras formas de generar utilidad económica.
  • Seguridad de la información: un área en la cual el sector financiero de América Latina puede aprender de los bancos líderes en otras regiones es la de mejorar las prácticas de seguridad de la información, específicamente, en temas de seguridad cibernética y del modelo operativo de seguridad en todas las líneas de defensa; esto es particularmente relevante actualmente, dado el incremento de ciberataques que los bancos latinoamericanos han enfrentado recientemente.
  • Adaptación al cambio: la digitalización ya no es un factor diferenciador sino necesario para el éxito en el sector, la distinción vendrá en temas de experiencia de usuario, conveniencia y facilidad de uso, canales de distribución y seguridad. Los grandes competidores globales han mostrado rapidez para adaptarse y reinventar el negocio de acuerdo con las necesidades de un mundo cambiante. Esto es especialmente vigente en tiempos de alta incertidumbre como los que estamos viviendo.
  • Plan de negocio con claras metas de crecimiento económico: los mejores competidores no solo se centran en el presente, sino que siempre están un paso adelante. Las mejores prácticas indican que en las proyecciones de mediano y largo plazo es importante incorporar los resultados de pruebas de estrés para la planificación adecuada del capital, la estrategia corporativa, y las metas económicas que garanticen el valor de crecimiento futuro (FGV®) de la compañía.

El sector financiero en Latinoamérica se encuentra en pleno crecimiento y constante cambio, nuevas generaciones, nuevas tendencias y necesidades comienzan a ser relevantes y ello abre campo a retos desconocidos, pero también a grandes oportunidades para los integrantes de la industria. Aquellos jugadores que estén preparados y sean ágiles para adoptar las mejores prácticas, certeros en su implementación y eficaces en su práctica, serán los que tomarán ventaja y se posicionarán como líderes en el mercado.